No sé si a vosotros os pase, pero cada vez que hago lasaña, siempre me sobra bechamel… Acabo por congelarla y decir: “Bueno… ¡¡algo me inventaré!!”.
Pues aquí va uno de los inventos: un quiche de alcachofas muy fácil, rico y rápido de hacer.
Ingredientes:
– 1 bolsa de alcachofas congeladas; troceadas o los corazones, como más os guste (300-400 g)
– Bechamel. La cantidad no es fija, ¡al ser bechamel de sobra, como os dije! De todas formas, al usar 1 litro de leche, me suele sobrar 1/3 de bechamel, o poco más, que es lo que utilizo para este quiche.
– 1 rollo de masa brisa/hojaldre
– Grana Padano o Parmigiano
– 1 huevo
– Sal, pimienta, mantequilla, ajo, hierbas provenzales
Procedimiento:
Precalentar el horno a 180º.
Saltear las alcachofas, aún congeladas, en una sartén con una nuez de mantequilla y un par de dientes de ajo pequeños. Cocinar a fuego medio-bajo hasta que estén tiernas. Salpimentar y sazonar con un buen pellizco de hierbas provenzales. Finalmente, apagar el fuego y aplastar las alcachofas con un tenedor (comentario que no tiene nada que ver: este paso me encanta).
Colocar la masa en el molde y hornearla durante 10 minutos, tapada con papel vegetal y legumbres.
Mientras tanto, calentar la bechamel en un cazo, añadiendo un poco de leche para que pierda la forma del contenedor donde se alojaba y esté más liquidita 🙂 Mezclar, pues, las alcachofas con la bechamel y el huevo.
Retirar el molde del horno, quitar el papel vegetal y las legumbres, extender el compuesto sobre la masa y rallar encima Grana o Parmigiano al gusto.
Hornear durante unos 40 minutos. Mientras esperáis, disfrutar del olorcito que proviene de vuestro horno 😉
Buen provecho, un beso.