Actualmente, en el mercado podemos encontrar zanahorias durante la mayor parte del año. Sin embargo, junio es el mes en el que están en su plena temporada, así que me parece correcto dedicarles un post y contaros cositas sobre sus principales variedades, sus propiedades y beneficios (alguno que quizá no sepáis aún!); finalmente, os quiero sugerir cómo elegir las zanahorias más frescas y unas ideas de cómo usarlas en diferentes recetas.
Principales variedades
Podemos clasificar las zanahorias, principalmente, en función de su forma y tamaño.
- De raíz corta: se trata de variedades de cultivo temprano. Su forma puede ser redondeada, o alargada y cilíndrica.
- De raíz larga: variedades de forma alargada y acabadas en punta.
- De raíz intermedia: las más comunes, su forma es cilíndrica y gruesa, de piel lisa y color naranja oscuro.
Si el naranja es el color habitual, también es posible encontrar zanahorias en otros colores: por ejemplo, en China podemos encontrarlas blancas o púrpura.
Propiedades y beneficios
La zanahoria destaca por su alto contenido de agua (88%), por ser la verdura con mayor contenido en vitamina A, por aportar fibra, minerales (entre los cuales, sodio, potasio, calcio y yodo) y otras vitaminas, como la E y algunas del grupo B.
Son muchos sus beneficios, entre los cuales destacan los siguientes:
- Mejora la vista, debido a su alto contenido en vitamina A.
- Por los minerales aportados, es un vigorizante para la mente.
- Ayuda a la absorción de hierro y a prevenir casos de anemia.
- Por su alto contenido de agua, es diurética.
- Gracias a sus antioxidantes, ayuda a retrasar los efectos del envejecimiento y mejorar el sistema inmunológico.
- Los betacarotenos que contiene ayudan a fortalecer las uñas y el pelo y a prevenir el cáncer de próstata.
- El flúor natural de la zanahoria cruda es muy beneficioso para la higiene bucal, para cuidar encías y dientes.
Posibles usos en la cocina
Ante todo, ¿sabéis cómo seleccionar las zanahorias más frescas y de calidad? Ahí van algunos consejos:
- Se recomienda elegir las de piel suave, mejor si pequeñas o medianas, de un color vivo, que se estrechen de manera uniforme y que no tengan raicillas laterales.
- Si elegís las que tienen hojas, éstas deberán estar frescas y de un bonito color verde vivo.
- Se aconseja evitar las zanahorias blandas, con manchas o que parezcan quemadas en la parte superior.
Si veis alguna mancha verde en la punta de la raíz, significa que la zanahoria ha estado expuesta al sol. Conviene quitar esta parte, antes de usar la zanahoria, porque tiende a tener un sabor amargo.
Las zanahorias se conservan en la nevera y se mantienen bien hasta dos o tres semanas. Si es posible, conviene guardarlas lejos de la fruta que segregue etileno (manzanas, plátanos, melones, melocotones, etc.), porque confiere a la zanahoria un sabor amargo.
Por supuesto, también se pueden congelar, una vez escaldadas o cocinadas.
En cuanto a ideas para usarlas en cocina, se trata de otra verdura tan versátil, que se puede encontrar tanto en recetarios salados, como dulces. Se pueden consumir solas (enteras crudas o al horno y glaseadas con soja y miel; troceadas, con forma de chips, ralladas y condimentada con limón, pimienta y aceite; cocidas, en puré, hummus, etc. O bien, como ingrediente de numerosos platos: ensaladas, salsa para pasta, cremas, guisos, estofados, bizcochos, plumcakes, muffins dulces y salados, cakepops, bebidas refrescantes y zumos (manzana, zanahoria y apio, zanahoria, kiwi y pomelo, etc.), entre otros.
Os recuerdo que en este artículo encontraréis una recopilación de la fruta y verdura de temporada para este mes de junio, por si os la queréis descargar. Finalmente, os animo a preparar muchos platos con zanahorias y por supuesto, si queréis compartir alguno conmigo, seré feliz si me etiquetáis en vuestras publicaciones de Instagram o si me mandáis un mensaje privado con la foto del resultado 🙂 ¡Besicos!