No es la primera vez, en este blog, que hablo de pasta frolla. Los que me seguís desde hace un tiempo, sabréis de lo que hablo 🙂
Pero vamos a hacer un pequeño resumen, que nunca está de más.
Sin lugar a duda, se trata de una de las masas básicas empleadas en muchos postres caseros, propios de la tradición italiana. Esos postres sencillos, perfumados y ricos que se suelen hornear en casa y que, a la vez, nos traen recuerdos de los que hacía la mamma o la nonna.
Es ideal para hacer galletas, tartas y tartaletas con fruta fresca, mermelada, crema, requesón, chocolate, etc. La receta básica es muy sencilla, pero también se puede enriquecer, añadiendo harina de almendra, avellana, cacao, pistachos… O se puede hacer más ligera, sustituyendo la mantequilla por aceite, o la harina 00 por harina de arroz, etc.
Para aromatizarla, se suele usar cáscara de limón, pero también vainilla, cáscara de naranja, aroma de azahar…
Como veis, es una masa que, gracias a su versatilidad y sencillez, permite liberar la fantasía y creatividad. Permite jugar con ingredientes y combinaciones infinitas, obteniendo resultados fantásticos y variados.
Sé que, a veces, se confunde con la masa “brisa” o “quebrada”. Para quienes no sepan la diferencia, os remito a este otro post, en el que ya la expliqué brevemente.
La receta que comparto hoy prevé una pasta frolla más ligera de lo normal, ya que usé aceite de oliva extra virgen, en cambio de la más tradicional mantequilla. Algunas calorías menos, ¡¡pero igualmente rica!!
Una diferencia más respecto a la versión con mantequilla es que no hace falta que la masa repose en la nevera. Así que, si un día tenemos prisa, ¡es una buena opción!
(Por cierto, si no estáis a dieta y queréis probar una pasta frolla más tradicional, os remito a esta otra receta del blog 🙂 )

Ya que en casa me quedaba confitura de mango casera, decidí usar la masa para hacer una crostata. Una vez más, quien me conozca hace tiempo, ya conocerá el término (soy un poco pesada con este tipo de tarta, jajaja). En pocas palabras, consiste en una base crujiente, hecha con pasta frolla, y un relleno que puede variar: desde el típico de mermelada o confitura, a uno de crema, chocolate, fruta fresca, etc.
En concreto, para hacer ésta misma, basta con estirar 3/4 de la masa preparada a un espesor de unos 5-6 mm y trasladarla a un molde de unos 24-26 cm. Poner una buena capa de confitura y decorar con el resto de la masa, con las formas que más os gusten. Hornear a 180º durante 30 minutos.
¡Sólo es una idea! Como decía antes, podéis usar la pasta frolla sin mantequilla para hacer galletas, o lo que queráis.
También se puede preparar con antelación y congelarla; en el congelador aguanta unos 3 meses.
Aquí va. ¡Besicos!

Ingredients
- 280-300 g de harina 00
- 100 g de azúcar blanco
- 2 huevos medio-pequeños, o 1 entero y una yema, si son grandes
- 100 ml de aceite AOVE
- cáscara rallada de 1 limón
- 1/2 cucharadita de levadura para repostería
- 1 pizca de sal
Instructions
En un bol, mezclar con un tenedor el azúcar, el aceite, los huevos, la cáscara de limón, la sal y, luego, añadir la harina con la levadura.
Amasar con las manos, hasta obtener una masa lisa. No hace falta que repose en la nevera; ya se puede utilizar para hacer tartas, galletas, tartaletas, etc.
Si se quiere guardar unos días en la nevera, o congelar, entonces basta con darle forma de rectángulo y envolverla en film.
En cuanto a cocción, las galletas suelen tardar no más de 10 minutos, mientras que una crostata depende del relleno que tenga... Digamos desde los 30 a los 45 minutos, aprox.
